Club Brisas de Liniers, un segundo hogar para la gente del barrio

Por Maia Anahid Laino Lombardi y Santino Filardi.

Fundado el 1 de abril de 1936 por vecinos del barrio, en principio para tener un lugar de encuentro en donde tomar un café y jugar a las cartas, el Club Social, Cultural y Deportivo Brisas de Liniers, ubicado entre Liniers y Mataderos, se convirtió en el segundo hogar para muchas de las personas que vivían y viven cerca de allí. En sus comienzos, lo que actualmente es el buffet del club, era una casa cuyos dueños, con ayuda de los vecinos, pudieron pagar unas deudas que tenían y luego compraron las propiedades de los costados, donde se amplió la Institución con el tiempo y tras mucho esfuerzo.

Lo primero que llegó fue la propiedad de la esquina de Montiel y Patrón, espacio en el que se realizaban distintos bailes para el vecindario y posteriormente se adquirió la siguiente propiedad sobre la calle principal del club, donde en la actualidad hay una cancha de futsal. Esta misma, está alquilada por las mañanas ya que el club tiene un convenio con la educación física de las distintas escuelas de la zona. Luego, desde las 17, empiezan las actividades deportivas hasta la noche.

Pablo Rebecchi (Presidente), Sebastián Porrini (Secretario) y Darío Domínguez (Tesorero) son actualmente los principales encargados dentro de la Comisión Directiva de la Institución. Los tres nacieron en el barrio y desde ese momento viven allí, más específicamente dentro del club. Aunque cada uno tenga sus responsabilidades y trabajos, siempre se los podrá ver en el Brisas de Liniers. Desde sus abuelos y sus padres, todos siempre estuvieron ligados a este lugar de encuentro. Y hoy, ellos se encuentran como dirigentes.

Rebecchi, Porrini y Domínguez en el ingreso al Club.

Llegaron a mediados del 2019, cuando el club estaba siendo manejado por dirigentes grandes, y justo cuando estaba por iniciar la pandemia por el Covid. En ese entonces, iniciaron unas obras básicas de pintura, entre otras. En su llegada, y también desde antes, notaron que el espacio estaba muy venido abajo, tanto en la organización como en toda la infraestructura, lo cual no daba una buena imagen y tampoco era la comodidad que se le buscaba brindar a cada persona que quería usar las instalaciones. Los clubes de barrio siempre tuvieron y tienen un rol fundamental dentro de la sociedad, siendo un lugar de contención y hasta un espacio para realizar actividades. En principio, mostraron el apoyo en querer colaborar para mejorar los espacios y, sin inconvenientes, les abrieron las puertas.

En la actualidad, el club brinda a todos sus socios y gente que quiera comenzar, la posibilidad de realizar taekwondo, karate, baby fútbol y futsal masculino y femenino. Como uno de los tantos planes a futuro, la idea es ampliar los espacios para incorporar más deportes como patín, disciplina que tuvo que dejar de enseñarse por falta de lugar y, por ende, tiempo. Para poder realizar actividades, cada persona debe asociarse y abonar el deporte que quiera hacer. Cuando se menciona que el club cuenta como un espacio de contención, también se hace referencia a que se busca cobrarle lo menos posible a cada persona para que no pierda la posibilidad de asistir, de acuerdo a las circunstancias económicas que esté atravesando el país. También, puede encontrarse un salón de eventos, para todo tipo de fiestas que quieran realizarse. Cuando no se realizan estas, en el salón se realizan las clases de taekwondo y karate.

Cancha y salón de eventos.

A excepción de karate, actividad más reciente, todas las demás compiten todos los fines de semana dentro del torneo que les corresponde. Si bien es bueno que cada persona pueda competir con el deporte que realiza, también hay ciertos valores que identifican al club y buscan un sentido de pertenencia. Los valores son una cuestión de compañerismo, respeto, sentir que este lugar es su segunda casa. Desde la dirigencia, profesores y toda persona que forma parte de la Institución, están capacitados para identificar cada necesidad que tienen los niños/as y sus familias, y estar a disposición de todo lo que necesiten para estar presentes en cada momento.

Es de público conocimiento que el 2020 fue un año complicado para todos y los clubes de barrio no pudieron escapar de la difícil época de la cuarentena. Hubo momentos y momentos, aunque en relación a lo económico, fue muy duro para el club y todas las personas que forman parte. Todas las obras que se estaban realizando o estaban por comenzar, debieron postergarse para encargarse de otras prioridades, como el pago de impuestos. La cantidad de socios disminuyó notablemente. Al principio, como todos sabemos, el aislamiento fue total y no se podía realizar actividades físicas. Posteriormente, cuando se habilitaron pocas maneras de salir, empezó a haber movimiento en club, pero no para deportes. Se empezó a distribuir comida para quienes más lo necesitaban, siendo esta una propuesta en conjunto con varios clubes del barrio e individuos con un rol social, priorizando que ningún día les falte a los más necesitados un abrigo o su plato de comida caliente, esta acción solidaria se mantuvo durante todo el año.

En los comienzos de la actual dirigencia, el Club Brisas de Liniers no contaba con muchos socios, tenía alrededor de 100, todo como consecuencia de la organización hasta ese entonces. Hoy en día, teniendo en cuenta todas las actividades disponibles, la Institución cuenta con entre 800 y 1000 socios, y busca seguir creciendo socialmente, por eso, actualmente se está realizando una nueva obra en el segundo piso para seguir cumpliendo proyectos.

Obra en proceso en el segundo piso del club.

Teniendo siempre presente los valores de la Institución y su rol social, se generó una linda relación entre todos. Desde vecinos a familias de niños que concurran a los distintos deportes, brindan su apoyo en cada cosa que se necesite, desde mano de obra, materiales o otras maneras de ayudar. Entre todas las reformas que se realizaron, se puede mencionar la mejora de la luminaria exterior y el ingreso a la cancha, donde antes eran simplemente rejas y se cerró todo con paredes y ventanas para mayor comodidad.

Ingreso a la cancha del club tras la remodelación.

Los padres generalmente ayudan en la actividad en la que sus hijos participan, aunque hay muchas personas que durante el proceso vieron cómo fue creciendo todo y se sumaron, por lo que hoy, además de llevar a sus hijos, son parte del grupo y brindan sus manos y tiempo para cualquier cosa que haya que hacer, desde tareas de pintura y limpieza hasta donar materiales o volquetes para limpiar luego de una obra.

“El club tiene gente que dice ‘vamos a seguir mejorando’” es el mensaje que se tiene siempre presente entre quienes integran la Institución. A futuro, el principal objetivo a cumplir es finalizar la construcción del salón del segundo piso, el cual será multifunción para que se siga practicando taekwondo, además de poder realizar otras actividades. También, se busca incorporar actividades culturales para quienes no les guste o no puedan hacer actividades físicas. Además, se busca apuntar a distintos tipo de actividades para las edades más pequeñas y las más adultas, y así continuar formando un club totalmente apto para todas las personas que busquen hacer alguna actividad y formar parte de un buen grupo en un agradable club de barrio, como lo es el Club Social, Cultural y Deportivo Brisas de Liniers.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *