23 octubre, 2025
word-image-6922-1

Escribe Prof. Orlando W. Falco (*)

Aunque parezca una verdad de Perogrullo la sola intención de poner en valor un edificio no solo histórico sino además emblemático, como sin duda lo es el de la Antigua Administración del Matadero Público y del hasta hace poco Mercado de Hacienda, de por sí lo revaloriza.

Si a esa restauración se le suma la de la estatua “El Resero”, recientemente vandalizada, y la de su entorno, aunque más no sea en lo que respecta a su aspecto externo, resulta francamente auspicioso.

Es claro que esa renovación implicará también la resignificación edilicia del conjunto de las recovas, revaluará su importancia patrimonial y arquitectónica y potenciará la intangibilidad que le da el valor sentimental y de pertenencia barrial que ya posee. Al fin y a la postre se trata del edificio que le dio origen, identidad y nombre al barrio de Mataderos y la zona en la que comenzó a formarse el nucleamiento barrial.

Origen porque a partir de la decisión de ubicar los llamados “Nuevos Mataderos Públicos” en una zona, hacia 1889 recientemente incorporada al ámbito de la Capital Federal, lindante con la provincia de Buenos Aires, innominada y desconocida para la mayoría de los porteños se dio inicio a la generación de un barrio.

Identidad porque el remate y el faenamiento de ganado para el consumo de la población hizo que el paisano, hombre de a caballo, experimentado equitador y hábil como ninguno en el dominio de las reses ratificara su condición de imprescindible para esos menesteres. Ellos fueron poblando la zona dándole el cariz criollo que la distinguió entre todos los demás afincamientos urbanos. Ese enclave poblacional fue y quiere seguir siendo la tranquera siempre abierta entre el campo y la ciudad.

Y también nombre porque fue inútil todo intento oficial por denominar al barrio con otra designación que no fuera la impuesta por la costumbre popular: Mataderos.

Eso de querer ser, es más, lo de querer seguir siendo no tiene basamento sólo en lo volitivo. En su casco histórico, como desde hace años la Junta de Estudios Históricos de Mataderos denomina al sector que se quiere restaurar, conviven: la única entre las diecinueve estatuas ecuestres que existen en Buenos Aires que homenajea a un trabajador, “El Resero”, eslabón imprescindible en la cadena del quehacer cárnico; el Museo Criollo de los Corrales, señero en su temática en la ciudad de Buenos Aires que desde hace más de sesenta años mantiene en alto el emblema de la tradición y del pasado criollo mataderense; el “Bar Oviedo”, centenario lugar de reunión del antiguo y fundacional paisanaje y a la quintañona “Casa Galli”, donde del “pilchaje” gaucho aún se consigue todo.

Ciertamente en ese ámbito funciona también, los domingos y días festivos, la “Feria de las Artesanías Populares Argentinas”, la renombrada “Feria de Mataderos”, que ha hecho conocido al barrio en casi todo el mundo a través del turismo que desde muchos años la visita.

El pasado 16 de julio funcionarios de varias dependencias del Gobierno de la Ciudad, Ministerio de Espacio Público, Dirección General de Regeneración Urbana y Comuna 9 informaron a vecinos e instituciones previamente convocados el proyecto de puesta en valor que nos ocupa. Fue un intercambio esclarecedor, receptivo y tranquilizador porque tendrá en cuenta la historicidad de los inmuebles, la practicabilidad de los espacios externos y no intervendrá en los usos actuales de las áreas internas las que, de acuerdo con lo manifestado en el encuentro de marras, pertenecen a la jurisdicción nacional.

Fue suficientemente amplia la descripción de las obras a realizar en los boulevares y la incorporación de alumbrado y mobiliario urbano haciéndolos funcionales al uso cotidiano y al que se le da cuando funciona la ya mencionada feria.

Los funcionarios presentes dejaron un canal comunicacional abierto y permanente con los vecinos interesados a través de un email institucional mostrando una apertura destacable para recibir sugerencias.

Ciertamente la reposición del arbolado y el control de alimañas dentro del predio del ex Mercado de Hacienda fueron las inquietudes más destacadas por los vecinos. Asimismo se sugirió que se tenga en cuenta que las obras no aíslen al Museo Criollo, tal como ocurrió en otra ocasión, ya que recibe no solo las visitas que se generan los domingos y feriados sino que también excursiones didácticas de todos los niveles educativos que tienen lugar los días hábiles del año lectivo.

La reunión, en fin, fue positiva y por cierto alentadora ya que revitalizará a la zona, la hará más atractiva y valorizará a un barrio cuyo origen e identidad son innegablemente criollos, lo que lo hace peculiar y distinto, en verdad como cada uno de los barrios que componen a Buenos Aires.

(*) Presidente de la Junta de Estudios Históricos de Mataderos – Director del Museo Criollo de los Corrales.

Fotografía que ilustra esta nota: “Año 1950. Monumento “El Resero” situado en la plazoleta de avenida Chicago y Tellier, frente al antiguo Matadero. Buenos Aires, República Argentina”. Dpto. Documentos Fotográficos. Inventario 345914. Caja 148. Buenos Aires. Argentina. (AGN│Archivo General de la Nación)

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *