Oscar Héctor recibió su diploma de Personalidad Destacada de la Cultura

En el marco de un encuentro tanguero que tuvo lugar en el Teatro San Martín el 12 de diciembre pasado para festejar el día del Tango, Oscar Héctor Malagrino recibió el diploma otorgado por la Legislatura porteña que lo reconoce como Personalidad Destacada de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en el ámbito de la Cultura, por su aporte al Tango.
Oscar Héctor organiza milongas desde hace 60 años, en distintos clubes y espacios de Buenos Aires. Durante muchos años fue el responsable de los bailes del Club Glorias Argentinas, en Mataderos.
“Acunado en tangos nació escuchando ese ritmo firme y sostenido desde una radio. Mientras las vicisitudes cotidianas se iban abriendo paso, Oscar Héctor fue definiendo su gusto y se animó a organizar un baile. Su hermana Haydee, bailarina de pista desde 1949 fue quien lo acompaño bailando los distintos ritmos populares y fue su sostén desde la organización de la Milongas que realizaba Oscar Héctor”, nos dicen los fundamentos de la declaración.
Y fue con Haydeé, con quien, como desde hace 75 años, hizo su exhibición de danza en el San Martín, bailando como según Oscar debe hacerse en una milonga: “al piso”. Y junto a ella, por su trayectoria fue nombrado Académico de Honor en la Academia Nacional del Tango.
Su debut como organizador fue en el Palacio Rivadavia. Luego fueron el club Estudiantes, San José de Flores, Glorias Argentinas, Geba , Moroco, entre otros los lugares elegidos para sus milongas. Por ellas pasaron las orquestas y los cantantes más representativos del género: Osvaldo Pugliese, Alberto Marino, Alberto Castillo. Floreal Ruiz, Oscar Alemán, Nelly Omar, Alfredo De Angelis, Los Panchos, La Porteña Jazz Band, Quinteto Real, Roberto Rufino, Rubén Juárez, Alberto Podestá, Juan Carlos Copes, María Nieves, Los Dinzel, Miguel Angel Zotto, Milena Plebs, Carmencita Calderón. En 1965 creó las cortinas musicales para cambiar las tandas de tango que hoy son un clásico.
Y hoy sigue adelante, dedicado al Tango de manera ininterrumpida, acompañando sus alzas y sus caídas, bailando y organizando milongas. “Locutando, bailando, enseñando pero sobretodo viviendo tango, siendo – como dice Oscar – La vida ha sido muy buena conmigo por recibir tanto cariño. Gracias”.