Fotos con historia: Bar los Paraísos, Oliden y Directorio

Escribe Liliana Elguezabal

La foto de la esquina de Directorio y Oliden muestra la imagen del Bar Los Paraísos, con lo que habría sido su fachada original. No sabemos cuál fue el año de su construcción, pero sí que en 1916, allí cantó y recitó sus versos el payador Martín Castro.

Julián Martín Castro, apodado “El payador rojo” o también “El cantor del pueblo”, nació en Merlo, Provincia de Buenos Aires, el 16 de febrero de 1882 y falleció en Ciudadela el 7 de abril de 1971. Cantor, compositor y poeta folclórico de ideología anarcocomunista o comunista libertaria, sus obras fueron interpretadas por reconocidos artistas y se publicaron en libros, hoy muy difíciles de conseguir.

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Comenzó a trabajar desde niño, luego de la muerte de su padre en 1890. “Nunca tuve maestros que me enseñaran a leer ni a escribir, no fui un solo día a la escuela y eso no es bonito. No es lindo decir que uno es ignorante, pero aprendí rodando por los caminos. Aprendí solo y con mis amigos a leer y a hacer versos”, decía

Criado en la zona rural, fue peón de estancia y, después, ya habitante de los suburbios, albañil. Su obra refleja estos rasgos de su historia, le cantó al indio, al gaucho y sus costumbres, al obrero y las injusticias que soportaba. Decía sobre su filiación política: “He estado en el anarquismo, entendí el anarquismo, y todavía lo entiendo hoy … El anarquismo exacto es como el cristianismo, pura bondad”.

En la década del ’20 se presentaba en algunas glorietas de Buenos Aires como “La Aulita” en San Juan y Boedo, “La Tradición” de Colombres y Carlos Calvo, y en el parque Goal. A sus presentaciones asistía un público muy numeroso, principalmente trabajadores.

“Lo que siempre he cuidado, y a veces a expensas de la forma, fue la idea. Mis versos eran ideas. Y así como tales, yo las cantaba acompañado de mi guitarra.” Y esas ideas lo llevaron a sufrir cárcel y represión. Era común que sus presentaciones culminaran con la presencia policial y que terminara en la comisaría, como consecuencia de un poder que no toleraba los sus reclamos sociales.

Sus poemas más conocidos son “Guitarra Roja”, “El huérfano”, “La duda”, “Juancho, el desertor”. Se publicaron en libros y permanecen en registros discográficos realizados por cantantes de renombre Ignacio Corsini, Carlos Gardel, Horacio Guarany, Edmundo Rivero, Alberto Merlo, Oscar del Cerro, Héctor del Valle o José Curbelo y Roberto Ayrala. En “Los anarquistas 1904-1936. Marchas y canciones de lucha de los obreros anarquistas argentinos”, con guion de Osvaldo Bayer y la participación de Héctor Alterio, figura “Guitarra roja” y “Sacco y Vanzetti” en voz de Martín Castro, grabaciones del año 1928.

A la fecha tres calles, en Ituzaingó – Merlo, Campana y Ciudadela, recuerdan su nombre.

Pero, ¿qué pasó con el bar que guarda el recuerdo de su paso por Mataderos?

En la década del 90, como se ve en esta fotografía de 1996, aunque pintada, se conservaba esa imagen original. Sigue siendo lugar de encuentro de vecinos y trabajadores. Al respecto, nos cuenta Ofelio Vecchio, en su libro Recorriendo Mataderos de 1998: “En la esquina sur está el Bar Los Paraísos, que conserva las estanterías contra la pared, como eran a principios de siglo, pero tiene ahora su mostrador de despacho construido con ladrillos a la vista, las mesas son modernas y cómodas, y la clientela es consecuente, formada por gente del lugar y por los que trabajan en los establecimientos vecinos”.

En 2009, su fachada ha perdido la balaustrada. Está pintado con los colores del barrio, verde y negro, los del Club Nueva Chicago, y continúa siendo un café – bar, donde los parroquianos se sientan a compartir una charla de amigos.

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En 2020, ya se transformó su uso, es una parrilla al paso, que ofrece comida para llevar, tratando de sobrevivir al impacto de la pandemia.

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