22 mayo, 2025

“Maestro Cafiso”, la historia de un artista de Mataderos

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Carlos Cafiso es un eximio soldador, profesor en una Escuela Técnica, amante del tango y la milonga, que en su juventud trabajó con los autos del Turismo Carretera y a los 80 años se descubrió artista. María Paula Zacharías cuenta su historia en “Maestro Cafiso”.

Cafiso vive en Mataderos. Siempre se ganó la vida como soldador. Crea réplicas de íconos de la ingeniería como la Torre Eiffel o el Puente Transbordador Nicolás Avellaneda. Mientras alquila sus piezas como atracciones para casamientos, descubre el arte contemporáneo cuando conoce a Daniela Trajtenberg y Agustín Valle, dos artistas que quieren aprender a soldar.

Pertenece a una generación donde los padres transmitían su oficio a sus hijos, por eso a los doce años tuvo un soldador en sus manos. Su habilidad lo llevó a trabajar en Fabricaciones Militares, a dar cursos en la represa hidroeléctrica El Chocón en los años 80 y hasta trabajar en autos de carrera.

Muestra orgulloso una réplica a escala del Puente Transbordador Nicolás Avellaneda, que cruza el Riachuelo a la altura de La Boca, un ícono de Buenos Aires, que se inauguró en 1914 y estuvo en funcionamiento hasta 1960. En los años del menemismo, estuvo a punto de ser desguazado y vendido como chatarra, pero los vecinos se opusieron. En 2017, fue reparado y volvió a funcionar para un único viaje de periodistas y vecinos. Mide ocho por doce metros. En su tiempo, sirvió para transportar peatones, carros, autos y tranvías. Lo hizo la misma empresa inglesa que construyó los ferrocarriles.

Otra de sus creaciones es una Torre Eiffel de dos metros de altura hecha con planos que consiguió antes de la masividad de Internet. Comenzó en 1998 a construirla, con precisión milimétrica y ascensores que funcionan. Tiene otra versión más pequeña, dorada, con luces que cambian de color y parpadean. Las dos se alquilan para fiestas.

El libro nos revela que hay un momento en el cual Cafiso reconoce que esas piezas son esculturas y quiere exhibir estos trabajos ante el público, completando el ciclo artístico. A partir de marzo sus obras podrán verse en el Museo Quinquela Martín de La Boca.

La periodista María Paula Zacharías narra su historia en un texto de no ficción, tratado como una novela. El libro es también “un homenaje a todos los artistas que trabajan en su casa, en soledad, con esa pasión por crear en estado puro, sin especulaciones“, cuenta la autora sobre el volumen publicado por India Ediciones, encuadernado a mano, cosido y estampado en su portada, que se consigue en las librerías de espacios culturales como Fundación Proa, Malba, el Museo Quinquela Martín y el Museo Nacional de Bellas Artes.

Dice Zacharías: “Uno de los tipos de artistas que más me gustan son los secretos, sencillos, esos que no hacen muestras, ni venden obra, ni tienen galería, ni cotizan en bolsa. Trabajan día y noche poseídos por un deseo el crear, pero no tienen idea de lo que es la carrera del artista profesional o no les interesa. Creo que en esos talentos desinteresados está en estado puro el acto de hacer arte, una frescura que se vive en la infancia y se prolonga en los artistas verdaderos. En mi nuevo libro cuento la historia personal, chiquita y hermosa de uno de esos miles de artistas anónimos: Maestro Cafiso. Carlos es un soldador de Mataderos, milonguero y tuerca, maestro de toda la vida, enamorado siempre de la misma mujer con la que nunca logró compartir el techo, que de pronto empieza a crear una serie de esculturas maravillosas, y en su encuentro con una artista contemporánea empieza a preguntarse (a preguntarnos) qué es el arte. Como todo lo que escribo, este relato es de no ficción. No es un ensayo, pero dice bastante de lo que pienso. Es una historia de amor, de arte y de Buenos Aires“.

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