La consigna “Ni Una Menos. Vivas nos queremos”, sintetiza reclamos de distintas violencias contra las mujeres.
El día 3 de junio de 2015, en distintas ciudades del país, se convocó a una protesta en repudio al femicidio de la joven rosarina Chiara Páez, de 14 años. Esta movilización visibilizó e instaló en la agenda social y política un contundente movimiento feminista.
A cinco años, se pueden distinguir algunos avances en el reconocimiento institucional de la cuestión, como la existencia del Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad; la puesta en marcha del nuevo Plan Nacional de Acción para la Prevención, Asistencia y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres, según lo que establece la Ley 26.485; y la aplicación de la Ley Micaela, de capacitación obligatoria en perspectiva y violencia de género para todas las personas que se desempeñan en la función pública en los tres poderes del Estado.
Sin embargo, a pesar de ciertos avances normativos y culturales, el número de femicidios cometidos en el país es alarmantemente alto. Al inicio de la cuarentena, las estadísticas reflejaban un crimen cada 27 horas.
Como consecuencia de la pandemia y del aislamiento social, preventivo y obligatorio, en esta ocasión, será en las redes sociales, y no en la calle, donde se manifiesten los reclamos de las mujeres.
El documento elaborado por el colectivo NiUnaMenos este año, destaca “Libres y desendeudadas nos queremos” y reclama por “las compañeras trans y travestis desalojadas de sus viviendas por la voracidad inmobiliaria”, por “la muerte evitable de Ramona Medina”, y por la situación en distintas provincias como Santiago del Estero, Corrientes y Chaco. “Nos sostenemos en la red feminista, internacionalista y transfronteriza, afrofeminista e indígena, porque es nuestra fuerza y desde ahí venimos a insistir que la deuda es con nosotras y nosotres”, señalan remarcando los amplios alcances del movimiento.