Reabrió el 9 de Julio, bar notable, espacio cultural y de encuentro vecinal

Coincidiendo con la fecha patria reabrió sus puertas el “9 de Julio”, Sitio de Interés Cultural y Bar Notable de la Ciudad de Buenos Aires, situado en un lugar emblemático del barrio de Mataderos: Larrazábal 1276, casi Av. Juan Bautista Alberdi.

Desde el año 1949, fue punto de encuentro de amigos y vecinos, de artistas y trabajadores de la cultura, de políticos y visitantes del barrio. Acuciado por la situación económica, el aumento de las tarifas y la presión de los alquileres, sin haber recibido apoyo por parte del Gobierno de la Ciudad, el 6 de agosto de 2019 dejó de funcionar.

Casi dos años después, con nuevos dueños y renovadas expectativas abrió nuevamente sus puertas a los vecinos que encontraban en él un lugar para “perder el tiempo” o para ganar un tiempo compartido.

En el año 1949, el “9 de Julio” inició sus actividades, en la esquina noroeste de Larrazábal y Avenida Juan Bautista Alberdi, en el edificio, hoy ocupado por la sucursal de una cadena de farmacias. En 1969, fue trasladado por sus nuevos dueños Antonio Manera y sus hijos Antonio y Jorge, quienes lo atendían junto al mozo Félix, a su ubicación actual.

Su reinauguración, fue celebrada como un gran acontecimiento con la presencia de Floreal Ruiz, vecino del barrio. Según cuenta el vecino Ángel del Rincón, “El Tata” vivía en Ercilla y Pieres, caminaba hacia el bar, se bebía un café y luego tomaba el transporte que lo llevaba a “Radio El Mundo”, para cantar.

Durante el año 1982, se transfirió del fondo de comercio a Bengoechea y Cía, sociedad cuyos miembros eran: José Benito Gallego, Manuel Mujica Lata, José Pérez y Eduardo Bengoechea. En el año 2001 quedaron a cargo del Bar José Pérez y Marcos Cerdá, hasta el 31 de marzo del 2011.

Fue el lugar de reunión de Alberto Castillo (vecino del barrio), Floreal Ruiz (vivía en Ercilla y Pieres), el escultor Orio Dall Porto, y el historiador Ofelio Vecchio, la Sra. Amalia Lavira de “La vida lunfa”, el Dr. Weidmann, los “Amigos del Arte de Mataderos” y tantos otros vinculados a la actividad cultural y social de Mataderos.

Ante la posibilidad del cierre, un vecino del barrio Miguel Ángel Scaraffia, decidió hacerse cargo del bar, y lo reabrió el 1º de septiembre de 2011. Es el mismo vecino que, con el nombre de Claudio Soler, interpreta y difunde nuestra música ciudadana, el tango.

“Por su tradición de lugar de encuentro de vecinos, artistas y referentes de la cultura del barrio de Mataderos, por su fuerte carga identitaria y por haberse constituido como sitio de reunión durante más de 60 años a metros de una de las esquinas más tradicionales del barrio, Larrazabal y Alberdi”, fue declarado Sitio de Interés Cultural por la Legislatura y Bar Notable por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Sin embargo, pese a estas declaraciones, no contó con el apoyo suficiente para poder sostenerse y debió cerrar en 2019. Ahora, en un momento tan difícil, en el contexto de la pandemia, una nueva apertura, genera la esperanza de que este espacio pueda resurgir como parte de nuestro patrimonio cultural, mantenerse vivo y enriquecerse con el aporte de las nuevas generaciones.

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