Coronavirus. Prevenir el contagio, no descuidar nuestra salud

Entrevista al doctor Juan Alberto Gagliardi. Equipo de producción Aquí Mataderos

Vivimos un momento particular: el de la expansión de la pandemia de coronavirus y las drásticas medidas de prevención, como el aislamiento social. Nuestra vida cotidiana, nuestros hábitos y nuestro trabajo han sido fuertemente afectados. La atención de la salud y la práctica de la medicina, también han sufrido cambios. Para tratar estos temas hablamos con Juan Alberto Gagliardi, vecino del barrio, médico cardiólogo y doctor en Medicina.

El Doctor Gagliardi es, desde 2016 Jefe de la División Cardiología del Htal. Gral. de Agudos Dr. Cosme Argerich, donde hizo toda su carrera desde que ingresó a la residencia de clínica médica.

¿Cómo ha impactado en su trabajo la situación planteada por la epidemia de coronavirus y las medidas de prevención como el aislamiento social obligatorio?

Esta pandemia ha significado un cambio muy importante en el trabajo diario. En el hospital se han desarrollado protocolos de atención especiales con sectos específicos para los pacientes sospechosos o portadores del COVID-19. Se han suspendido los turnos programados de atención limitando la cantidad de pacientes y familiares que circulan por el hospital y al mismo tiempo se han tomado múltiples medidas de prevención y protección para todo el personal.

También la actividad en el consultorio se vio afectada porque por un lado se limitó la actividad con el aislamiento social obligatorio y si bien en la última semana se retomó la actividad en los consultorios, esta debe realizarse extremando las medidas de prevención y limpieza.

Se dice que debido al temor de la gente por acercarse a los hospitales y centros de salud ha aumentado el número de enfermos con complicaciones o fallecidos por otras afecciones. ¿Cuál es su experiencia al respecto? ¿Se ha reducido la cantidad de consultas y seguimiento de los pacientes?

Hay reportes que tanto en Europa como en Estados Unidos la cantidad de procedimientos como la angioplastia coronaria en el contexto del infarto agudo de miocardio ha caido entre un 40 y un 80%. Cifras similares se manejan para otros procedimientos invasivos para el tratamiento de enfermedades cardiovasculares como las cirugías coronarias o los reemplazos valvulares. Incluso recientemente se ha reportado en Italia un aumento de casi el 60% de los casos de paro cardíaco fuera del hospital con el consiguiente aumento de la mortalidad por no contar con los elementos necesarios para la reanimación.

En nuestro medio las consultas y el seguimiento de los pacientes se afectado muchísmo. Diría que la disminución es más del 80%. En esto influyen muchos factores como la preocupación de los pacientes respecto de consultar por temor a contagiarse el virus, o por tener problemas legales al movilizarse hasta el hospital para consultar, la cancelación de agendas médicas por el aislamiento obligatorio, profesionales que son considerados población de riesgo para COVID-19 y por lo tanto están de licencia mientras dure la pandemia, la cancelación de turnos en las instituciones médicas polivalentes (públicas y privadas) que desvían recursos para poder contener el posible colapso sanitario, etc.

Los adultos mayores y enfermos cardíacos son considerados población de riesgo. ¿Cuáles son los cuidados especiales que deberían tener? ¿Son afectados especialmente por la cuartentena?

Sin ninguna duda son una población de riesgo y deben extremar los cuidados. Es fundamental que mantengan el distanciamiento social, la higiene de manos y todos los cuidados sobre los que se hace hincapié permanentemente por todos los medios. Es importante que cumplan con la vacunación antigripal y antineunocóccica en aquellos pacientes que está indicada. Pero fundamentalmente no deben suspender la medicación indicada y consultar a su médico ante cualquier duda. El sistema de emergencias y las guardias siguen funcionando por lo que no deben olvidarse que hay problemas cardiovasculares que implican la necesidad de consultar como el dolor de pecho/opresión en el pecho/brazo izquierdo, los dolores súbitos persistentes por varios minutos, nuevos, en dorso o abdomen, falta de aire, síncope, pérdida de conocimiento, edemas nuevos (piernas hinchadas), palpitaciones nuevas, dolor súbito con cambio de color o temperatura en los miembros inferiores o la pérdida de fuerza o sensibilidad en alguna parte del cuerpo.

A partir del aislamiento se plantean, o se refuerzan, otras formas de encuentro, de comunicación, no presenciales, con el uso de internet y las redes sociales. ¿Es posible aplicar este tipo de tecnología a la consulta médica?

Antes de esta pandemia ya se estaban utilizando sistemas de telemedicina para la consulta médica. La situación actual ha potenciado muchísimo esto y ha sido de gran ayuda. La consulta a través de video llamadas o simplemente por teléfono han ayudados muchísimo. Las obras sociales y prepagas han implementado en muchos casos la receta digital para la adquisición de medicamentos y las órdenes médicas para realizar estudios o incluso la vacunación. En el hospital hemos implementado seguimiento telefónico en algunos casos y la posibilidad de contar con una historia clínica electrónica ha permitido hacer las prescripciones en el misma y que el paciente pueda retirar la medicación en el centro de salud que le corresponde por su domicilio.

Sin ninguna duda, el uso de internet es de gran ayuda. Nos permite estar permanentemente conectados, al tanto de las noticias científicas, relizar reuniones y ateneos virtuales para la discusión de casos clínicos o actualizaciones.

Los médicos están particularmente expuestos al contagio. ¿Cómo ha impactado esta situación en su práctica profesional? ¿Qué medidas especiales de prevención se toman?

Pandemia nos ha obligado a cambiar muchos hábitos. Desde estrechar la mano del paciente, que nos acerca y genera confianza hasta el abrazo que contiene han desaparecido. Atendemos con barbijo, máscaras faciales, anteojos especiales y según la situación camisolines y guantes. Se han desarrollado protocolos especiales tanto en el ámbito hospitalario como para el consultorio para la atención de los pacientes según tengan o no el COVID-19. Esto implica el uso de equipos de protección personal adecuados para cada situación, además de la higiene constante no solo de manos sino de todos los elementos que pueden haber tomado contacto con el paciente.

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