Edificios industriales, memoria del pasado e identidad barrial

Escribe Liliana Elguezabal
Una vieja foto de la esquina de Directorio y Larrazábal, en la que se lee “La Unión”, nos llevó a preguntarnos qué habrá sucedido en el pasado en este lugar. Haciendo memoria, buscando antecedentes, investigando, descubrimos, en la manzana de Directorio, Larrazábal, Tandil y Pieres, una historia de desarrollo industrial y de trabajo, que podría representar a muchas otras de nuestro barrio. Y de allí surge una reflexión: ¿cómo se relacionan los procesos que permanentemente construyen, demuelen y reconstruyen la ciudad, para albergar las actividades que la mantienen viva, con la preservación de la memoria del pasado que hace a nuestra identidad barrial?
Principios del siglo XX
El plano presentado a la entonces Municipalidad de Buenos Aires (Exp: 34809, Acta: 66, Legajo: 1036), en 1924 indica que había en Directorio 5900, una Fábrica de Grasa Propiedad de los Señores Bozzi, Costa, Solari y Cía, la que ocupaba toda la manzana delimitada por Directorio, Larrazábal Tandil y Pieres. En el esquema incluido en el mismo, se ve la edificación sobre el frente de la calle Tandil y otras construcciones en el centro del terreno y sobre Pieres.
Otro plano de 1928 (Exp. 10572, Acta: 53, Legajo: 1350), muestras las mismas construcciones pero nos da más detalles sobre los usos que albergaba cada sector. Además como se trata de un plano en escala permite apreciar las dimensiones reales de las mismas. Ocupado mayormente por sectores de elaboración, depósitos, sala máquinas y oficinas, las edificaciones que se apoyan sobre la calle Pieres contienen además caballerizas y habitaciones destinadas a dormitorios y cocina, con la tradicional tipología de la casa chorizo.
Estos planos parecen estar destinados a la habilitación de las actividades de producción, por lo que no reflejan detalles constructivos.
En la manzana vecina otros edificios de similares características nos sugieren lo que sería el paisaje predominante en la zona: construcciones industriales con paredes portantes de mampostería de ladrillos y techos de chapa sobre cabriadas o bovedillas. Un plano de 1925, de ampliación del Establecimiento de la calle Larrazábal 1931, propiedad de S. A. La Conserva Roux Lda, muestra el detalle de paredes de 30, de ladrillo, con pilares de refuerzo en los puntos donde apoyan las cabriadas de perfilería de hierro o los dinteles de las aberturas. Sobre los techos, las lucarnas, el recurso para iluminación y ventilación de grandes locales cuya imagen identifica a las construcciones de esos años.
La fotografía aérea de 1940, muestra los edificios del plano de 1928 y permite observar los techos de chapa típicos de la época. Se han agregado para ese entonces las construcciones en la esquina de Directorio y Larrazábal, que corresponderían a las que ostentaban el nombre de “La Unión”.
Década del 50. Un paisaje de industrias y casas bajas
Esta es una fotografía de Mataderos tomada en 1951 o 1952 por Grete Stern, una fotógrafa famosa, nacida en Alemania y afincada en la Argentina. Vivió entre 1904 y 1999, todo el siglo XX. Refleja el paisaje típico de nuestro barrio en esa época. Una casa con cerco y jardín al frente, seguramente con las habitaciones una a continuación de la otra, de las que se denominan casa Chorizo. Otra edificada al frente, más compacta, puede ser una vivienda cajón o estar dividida en departamentos. Y, junto a ellas, los galpones y talleres característicos de una zona fabril. El farol, la calle empedrada y las baldosas tipo vainilla en las veredas también son imágenes típicas del Buenos Aires de entonces.
La década del 50 fue época de desarrollo económico, de crecimiento de la industria y del empleo en nuestro país y en nuestro barrio. Ese impulso y, luego, la afectación a un distrito de código de planeamiento que le asignaba uso industrial exclusivo, fue modificando el paisaje hacia la concentración de fábricas y galpones que hoy detenta la zona.
La fotografía aérea de 1978, muestra la mayor parte del terreno como baldío. Persisten las construcciones sobre Tandil y en la esquina de Directorio y Larrazábal.
Década del 80, el Antique, un auto diseñado y producido en Mataderos
En la década del 80 la manzana albergó una de los emprendimientos más originales y recordados del barrio: la fábrica de autos Antique. El Antique era un roadster deportivo, con tracción trasera, de estilo retro. El modelo original estaba equipado con un motor VW 1500 de 4 cilindros, que había sido potenciado hasta los 1799 cc y desarrollaba 73 hp a 4900 rpm. Fue fabricado entre 1984 y 1989 por la empresa Eniak S.A. cuyos orígenes se remontarían a 1948 y estaba ubicada en Tellier 2050 en Mataderos. En 1984 obtuvo autorización del Gobierno para la fabricación del automóvil diseñado enteramente en Argentina. Luis Gaggino, Presidente de Eniak, encomendó a Pedro Campo, diseñador de coches de carreras tales como el “Chelco” o el “Trueno Naranja”, el proyecto del automóvil que sería comercializado con el nombre de Antique. El prototipo fue resulto en conjunto con Alan Baudena, otro reconocido hacedor de automóviles de competición.
Se llegaron a fabricar unas 140 unidades. En 1986, Eniak, S.A. también produjo una PickUp denominada Durango. Cuando quedó chico el taller de la calle Tellier, compraron la manzana de Avenida Larrazábal y Avenida Directorio. En esa planta se lograría producir un Antique por día.
Siglo XXI, transformación y permanencias
Según la ficha catastral, esta manzana, cuya nomenclatura es manzana 174 Sección 76, tiene una superficie de 5.366 m2, y permaneció indivisa a lo largo del tiempo, lo que indicaría la continuidad de la ocupación de la misma por establecimientos industriales de superficie importante.
La foto aérea de 2017, muestra que la mayor parte del predio está ocupado por la Estación de Control Técnico de Vehículos con frentes sobre Larrazábal, Remedios y Pieres, mientras que un lavadero de autos y otras empresas industriales y de servicios se emplazan sobre Directorio.
Nada en la imagen de ese frente nos permite reconocer algún rasgo de la rica historia del predio, que aquí sólo reconstruimos parcialmente. Nada guarda memoria del proceso de crecimiento del barrio, con su origen ligado a la industria de la carne y derivados y el posterior desarrollo industrial ni de la significación de este proceso para la construcción de su identidad.
Sin embargo, apenas a una cuadra las construcciones sobre Tandil permanecen, con su fachada de ladrillos y la típica imagen de las industrias que caracterizaron a Mataderos en su época de crecimiento y consolidación.
En la manzana lindera, aunque no son visibles desde la Avenida Larrazábal, también se conservan parte de las construcciones del siglo pasado.
El encuentro de ambas edificaciones sobre Tandil y Pieres, nos ayudan a imaginar algo de ese paisaje fabril, que tuvo su momento de mayor actividad durante el siglo XX. Hoy, aunque parcialmente modificadas permanecen albergando establecimientos industriales, depósitos u otras empresas de servicios.
¿Cuál será su futuro? ¿Serán demolidos en pos de construcciones más “modernas”? ¿La zona se transformará en un área residencial olvidando su pasado? Si muchas veces se pide preservar paisajes conformados por casas bajas, espacios verdes o edificios culturales como cines o teatros, ¿por qué no mantener también la referencia de los edificios industriales en la historia barrial?
Más allá de los usos que existieron y puedan existir en el futuro en este predio, sería necesario pensar cómo conservar algún rasgo de estas edificaciones, algún rastro de esta historia que es parte de la memoria de los procesos que dieron origen e identidad a nuestro barrio