El 1° de mayo se conmemora en todo el mundo el Día Internacional del Trabajador. Desde su establecimiento en 1889, es una jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a los Mártires de Chicago. Estos sindicalistas anarquistas fueron ejecutados en Estados Unidos por participar de la lucha por la jornada laboral de ocho horas. Desde entonces muchos trabajadores han peleado por sus derechos, han logrado conquistas y sufrido derrotas.
Pero este 1 de mayo nos encuentra en una situación especial. Se ha desatado una pandemia que ni el desarrollo de la ciencia, ni el poder económico y político de las grandes potencias, ni los esfuerzos conjuntos de la humanidad han podido vencer.
La pandemia nos afecta a todos. El virus no reconoce diferencias entre las personas. Sin embargo no todos enfrentamos el riesgo en las mismas condiciones.
Los trabajadores han sido especialmente golpeados por la situación. Algunos han visto afectada su posibilidad de trabajar o reducidos sus salarios por empresarios que, en algunos casos, no cuentan con recursos por el parate de la actividad y, en otros, son francamente insensibles y priorizan su ganancia. Otros continúan con sus tareas y para cumplir con ellas deben exponerse al contagio.
Entre estos se encuentran en primer lugar los médicos, enfermeros y todo el personal de salud, pero además los encargados de edificios, personal de supermercados, operarios de recolección de residuos y otros servicios.
Sin duda debemos mostrar nuestro agradecimiento para todos los trabajadores que, se arriesgan para posibilitar que el resto de la población pueda cumplir sin inconvenientes con el aislamiento social obligatorio.
Cuando pase la tormenta, cuando hayamos vencido, ellos serán nuestros héroes.