Escribe Liliana Elguezabal
Esta es una fotografía de Mataderos tomada en 1951 o 1952 por Grete Stern, una fotógrafa famosa, nacida en Alemania y afincada en la Argentina. Vivió entre 1904 y 1999, todo el siglo XX. Se casó con Horacio Cóppola, otro fotógrafo destacado, reconocido por sus fotos de Buenos Aires.
Es difícil saber dónde fue sacada, porque refleja el paisaje típico de nuestro barrio en esa época. Una casa con cerco y jardín al frente, seguramente con las habitaciones una a continuación de la otra, de las que se denominan casa Chorizo. Otra edificada al frente, más moderna, más compacta, puede ser una vivienda cajón o estar dividida en departamentos. Y, junto a ellas, los galpones y talleres característicos de esta zona fabril, que en ese momento estaba en plena actividad.
El farol, la calle empedrada y las baldosas tipo vainilla en las veredas también son imágenes típicas del Buenos Aires de entonces. Llama la atención la ausencia de árboles.
La década del 50 fue época de desarrollo económico, de crecimiento de la industria y del empleo en nuestro país. La guerra, tan dolorosa, no nos golpeó directamente y los mercados internacionales se abrían para nuestros productos.
También fue intensa y complicada en lo político. Los intentos de desarrollo nacional independiente del peronismo se vieron truncados por el golpe de 1955. Y vimos muertos y perseguidos en nuestras calles. Fue el comienzo de la resistencia a las políticas privatizadoras de Frondizi, que en nuestro barrio se expresaron en la gesta popular de la toma del Frigorífico Lisandro de la Torre y la huelga obrera en 1959. Todo un barrio comprometido con la consigna ¡Patria sí, colonia no!
Y ¿cómo era el barrio en ese entonces?
También fue un momento de prosperidad y crecimiento y el origen de un tejido de viviendas y talleres. Los dos grandes baldíos se completaron en la década del 40: al sudoeste con la construcción del barrio Naón, con manzanas “tallarín”, que permitía un mayor aprovechamiento en los loteos y al este con el Barrio los Perales, vivienda social colectiva, resuelta en pabellones con amplios espacios verdes.
En 1954 se formó en el barrio la Villa 7, en terrenos que estaban destinados a la ampliación del Hospital Salaberry. Allí vivían 122 familias. Más adelante, en 1971, se construiría en ese lugar un complejo habitacional para sus habitantes: el Barrio Justo Suárez.
La salud pública se atendía en el Hospital Santojanni y existían numerosas escuelas públicas y privadas. Bien comunicado con el resto de la ciudad por numerosas líneas de colectivos, en la década del 50 Mataderos llegó a tener 5 cines. El primero, Jorge Newbery, que data de 1918, estaba en lo que es el casco histórico del barrio, tres, Alberdi, el Plata y Oliden, en el entonces pujante centro local vinculado a la Av. Juan Bautista Alberdi y el otro, Gran Buenos Aires, sobre Avenida del Trabajo (hoy Eva Perón).
Los clubes de barrio jugaban un papel muy importante en la vida social. Eran el lugar de encuentro de los jóvenes, de integración de los inmigrantes, de práctica del deporte favorito y de esparcimiento después de las agotadoras jornadas de trabajo. Tomaban distintas formas en su organización: asociaciones de fomento, clubes muchas veces ligados a bibliotecas populares.
Algunos de esos clubes trascendieron, sobre todo a través de las actividades deportivas, a través del futbol. Es el caso del Club Atlético Nueva Chicago, con su hinchada, que a pesar de los contratiempos, le sigue cantando a su club y a su barrio, Mataderos.
Para Chicago la década del 50 deparó buenos momentos. Es recordada la delantera de 1958, no sólo por los resultados (el equipo salió subcampeón de la 1° B) sino también por su pasión y su entrega. Entre los jugadores, es muy recordado Pilo Calandria.
Año 1958. Equipo subcampeón de Primera B. Parados: Isolino Fuentes, Apolo Mayo García, Roberto Pleitavinos, Jorge A. Fernández, Obdulio Onetto y Arturo López. Agacjados: Alberto Daquarti, Norberto V. Calandria, Julio San Lorenzo, Edgardo D´Ascenso, Oscar Casanovas u Salvador Canatelli (kineseólogo). En “Historia del Club Atlético Nueva Chicago”, Dr. Nicolás P. Maccarone
Ésta fue también la época de los grandes bailes, festivales y los festejos de carnaval “Otra cosa importante que ocurría acá, ¡eran los carnavales! ¡Eran muy, muy importantes! Venía gente de todos lados ¡hasta del centro! ¡Estaba toda la familia!”, decía un vecino citado por María Teresa Sirvent, en su libro. Cultura Popular y Participación Social. Entre los preferidos para el baile: el Centro Social y Deportivo Nueva Chicago, la Asociación de Fomento José Hernández, el Club Glorias Argentinas.
Se puede decir que en esa época se consolidaron muchos de los rasgos identitarios del Mataderos de hoy.