El 12 de mayo se conmemora el Día de la enfermería, definido por Ley 1979, en concordancia con su Día Internacional. Este año, en el momento en que deberían ser especialmente considerados por estar en la primera fila de combate contra la pandemia de COVID-19, encuentra nuevamente a enfermeros y enfermeras en una jornada de protesta en reclamo de mejoras salariales y reconocimiento profesional en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires. La jornada de paro es acompañada por movilizaciones, asambleas y conferencias de prensa en cada hospital.
“Se establece este día en homenaje a Florence Nightingale, nacida un 12 de mayo, considerada ejemplo de abnegación, madre de la enfermería moderna y fundadora de la primera escuela de enfermería del mundo; y en reconocimiento a todos los hombres y mujeres que dedican su vida al cuidado de los enfermos. La enfermería es la columna vertebral de la mayoría de los equipos de atención de salud en el mundo. Enfermera/os prestan sus servicios no siempre en las mejores condiciones técnicas y estructurales, de salubridad e higiene pero siempre dispuestos a ayudar a quienes lo necesitan. La enfermería debe recuperar el lugar en la sociedad y dentro del equipo de salud que se merece, para ello ha avanzado en la profesionalización de la carrera”, dicen los fundamentos de dicha ley.
Sin embargo el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no reconoce la importancia de su tarea ni su nivel profesional.
Las enfermeras y enfermeros denuncian la precarización laboral y piden la inclusión de los licenciados en enfermería en la Ley 6.035, de Profesionales de la Salud. Esta Ley sancionada en 2018, establece 24 carreras de la salud, entre ellas: médicos, odontólogos, bioquímicos, farmacéuticos, musicoterapistas, psicólogos, kinesiólogos, antropólogos, licenciados en obstetricia y en sistemas de información, pero excluye al personal de enfermería.
Los Licenciados en enfermería, pese a tener título universitario quedan encuadrados como personal administrativo, lo que les quita la posibilidad de crecer profesionalmente y determina diferencias importantes en los salarios percibidos.
Además, piden un aumento salarial, ya que, señalan, un Licenciado en enfermería, de carrera, con antigüedad, gana en $ 40.000 y $50,000, la mitad de lo que reciben otros profesionales incluidos en la Ley 6035.
Asimismo denuncian que el presupuesto de salud de la ciudad bajó del 33 por ciento al 17, en plena pandemia, por lo que reclaman un incremento del mismo que permita atender adecuadamente las necesidades del sistema público.