La Legislatura sancionó la ley 6366, que hizo oficial la elección del «Ave Emblema» de la Ciudad.
El picaflor verde común (Chlorostilbon lucidus) fue el elegido en el marco del proyecto educativo «Ave Emblema de la Ciudad», que nació con el objetivo de incentivar a estudiantes y docentes de escuelas de todos los niveles educativos a conocer la importancia de estas especies en entornos urbanos y su rol en el ecosistema. Se generaron así acciones de educación y difusión de la importancia de la conservación de la flora y fauna nativa, y se implementó el ejercicio del voto como una herramienta de participación ciudadana.
La nueva ave emblema es una pequeña especie que se destaca por su bello color. El néctar de flores, en especial con forma tubular, constituye el 90% de su dieta. Lo podemos ver en cualquier plaza o espacio verde de la Ciudad, e incluso en balcones y jardines. El dato más llamativo es que puede batir sus alas hacia atrás y hacia delante hasta 50 veces por segundo.
La Ciudad de Buenos Aires es hogar de más de 300 especies de aves, de diversos tamaños, colores y cada una con un canto muy particular, que se pueden ver a simple vista. Otras aves muy votadas fueron la cotorra (Myiopsitta monachus) y el benteveo (Pitangus sulphuratus).
Esta declaración se suma a otros emblemas de la ciudad, como lo son la flor orquídea ribereña o del Talar (Chloraea membranacea), y la panambí morotí o mariposa bandera Argentina (Morpho epistrophus).
«Ave Emblema» fue posible gracias a la articulación entre el programa Escuelas Verdes, la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la Asociación Civil Aves Argentinas y la Agencia de Protección Ambiental de la Secretaría de Ambiente del Gobierno de la Ciudad.