Prevención del sarampión

La única medida preventiva contra el sarampión es la vacunación

Es una enfermedad que se produce por el virus del sarampión. Es aguda y muy contagiosa, se propaga por la tos y los estornudos, el contacto personal íntimo o el contacto directo con secreciones nasales o faríngeas infectadas, incluso antes de dar síntomas. Es potencialmente grave ya que puede ocasionar severas complicaciones en los menores de 1 año y las personas inmunocomprometidas. No existe ningún tratamiento antiviral específico contra el virus del sarampión.

Los síntomas son un cuadro febril, que puede ser acompañado de conjuntivitis, secreción nasal, tos y aparición de manchas que empiezan a aparecer desde la cabeza y se extienden por cuello, tórax y pies. Ante la presencia de fiebre mayor a 38ºC y erupción de la piel, se debe consultar al médico.

La única medida de prevención es la vacunación. Contamos con la vacuna Triple Viral (que protege contra los virus de sarampión, rubeola y parotiditis). Es una vacuna muy eficaz, que está incluída en el Calendario Nacional de Vacunación a los 12 meses de edad y al ingreso escolar 5 años. La vacuna es obligatoria.

Según el esquema de vacunación de 12 meses a 4 años se debe acreditar una dosis de vacuna Triple Viral y a partir de los 5 años (al momento del ingreso escolar) DOS DOSIS de vacuna Triple Viral. La acreditación es presentando el carnet de vacunas. El intervalo mínimo entre dosis es de 1 mes.

Los niños que viajen a zonas endémicas o con circulación del virus deberán recibir una dosis de vacuna triple viral a partir de los 6 meses de edad, dos semanas previas al viaje. Esta dosis debe repetirse al año y al ingreso escolar.

Las personas nacidas antes de 1965 no necesitan vacunarse porque son considerados inmunes. Todos los adultos nacidos después de 1965 deben acreditar DOS DOSIS de vacuna con Doble o Triple Viral. Por ser una vacuna a virus vivos atenuados, no pueden vacunarse embarazadas ni personas inmunocomprometidas.

Esta vacuna está disponible en todos los vacunatorios de hospitales y centros de salud de la Ciudad y por pertenecer al Calendario Nacional de Vacunación no requiere orden médica.

La vacunación no sólo nos confiere protección individual, sino que además genera inmunidad colectiva. Vacunarse es también cuidar al otro. Seamos solidarios para proteger a los que no pueden vacunarse y evitemos que regrese el sarampión.

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