“El Tango es mucho más que una danza”. Las clases en el Bar 9 de Julio

El Bar 9 de Julio, de Av. Larrazábal 1276, es uno de los Bares Notables de la Ciudad de Buenos Aires y ha sido declarado Sitio de Interés Cultural por la Legislatura porteña. En él se realizan múltiples actividades que convocan a vecinos y vecinas, en un espacio de encuentro y sostenimiento de nuestra cultura barrial. Entre ellas, destacamos los encuentros de los jueves con clase y práctica de tango a cargo de Graciela Mercatante Kuchmichel, con quien conversamos al respecto.

Graciela, ¿cómo se organiza el espacio de aprendizaje de tango de los jueves en el 9 de Julio?

Es un espacio abierto a todos los que quieran aprender a bailar y a quienes ya lo hacen y quieren disfrutar con la danza. De 19 a 20 o 20.15 es el horario de los principiantes, cuando se convoca a los que recién empiezan a aprender, después, a partir de las 20 15 hay un grupo intermedio, gente que sabe un poco más, y cuando finaliza esa clase, alrededor de las 21.30, se hace una reunión informal donde bailamos tango y algunos otros ritmos. Comemos juntos y compartimos un espacio social muy interesante, con un grupo muy lindo de personas.

Luego de la pandemia que nos mantuvo recluidos y generó situaciones extremas en muchas personas, es importante darnos la oportunidad de tener un espacio de disfrute, de compartir, de socialización, de encuentro con el otro. El tango tiene muchas facetas. El baile en sí es terapéutico y el tango tiene esa característica especial que es el abrazo y además la sociabilización, o sea que cumple con todas las condiciones para que sea terapéutico.

¿Hace mucho tiempo que te dedicás a esta actividad? ¿Cómo te formaste?

Hace muchos años que doy clases. Me gusta mucho decir que aprendí a bailar en el barrio, en un espacio cultual, con un profesor excelente, para mi muy querido. Después me interesó la enseñanza, y me formé para eso en el Centro de Estudios del Tango de Buenos Aires, informalmente llamado Universidad del Tango. Allí me recibí de Instructora. He dado clases en distintos espacios del barrio, en el Centro Cultural Elías Castenuovo del Programa Cultural en Barrios, en Liniers, y también clases particulares, en otros barrios. Cuando comenzó la pandemia frené todas mis actividades y luego volví a retomarlas por el gusto de hacerlo.

Por otra parte, cuando empecé a dar clases me di cuenta de todo lo que el tango producía no solamente en mí, sino en todas las personas. Entonces investigué y conocí al Dr. Federico Trossero, que fue el primero en desarrollar un método donde el tango se usa como terapia psicológica. Con él me formé en Tangoterapia, que es una práctica que trabaja sobre las emociones, sobre la personalidad, donde el tango es una vía regia para conocerse, para trabajar sobre sí mismo, y generar cambios en el caso de que se lo desee. Se hace con ejercicios apropiados, en un espacio más formal y más cuidado que no es el de una clase tradicional.

Esta es otra faceta mía, que amo profundamente, pero diferente a lo que se hace en el bar 9 de julio que son clases tradicionales de tango. Es decir, bailar es terapéutico, pero las clases que se dan en el 9 de julio son para aprender a bailar. La Tango terapia es un ejercicio que se hace en un espacio diferente, en un contexto diferente.

¿En las clases en el 9 de Julio participan personas de todas las edades?

Sí, desde gente muy joven hasta personas muy grandes. Una de las “alumnas” entre comillas porque ella baila desde hace muchos años, tiene 93 años. Se llama Hilda y tiene una vitalidad, una lucidez, un carácter maravillosos. La podés ver subida a sus tacos plateados bailando tango como una diosa. Otra de las características del tango es esa, que junta a distintas edades. Que podés ver bailar a un joven o una joven de 20 años con una persona que la triplica en edad. Es un espacio abierto para todas las edades, donde el que lo desee puede aprender.

Hay muchas expresiones tanguera modernas, muchos grupos nuevos, ¿se acerca la juventud a aprender a bailar tango?

Sí, permanentemente. La juventud tiene una movida muy interesante en el tango. El que quiere aprender a bailarlo tiene que comprometerse. Y hay muchos jóvenes que les pica fuerte y se comprometen muchísimo. Me encanta que acerquen los jóvenes y transmitirles lo que yo creo que es la esencia del tango

¿Cómo debe hacer quien quiera participar de las clases?

Es bastante informal. Aquella persona que esté interesada y que no sepa nada, o sea un principiante tiene que venir a las 19 horas y ahí comienza a tomar las clases. No es un curso, el sistema es flexible, se abona por clase, y cada uno las toma como más le conviene. Sí es necesario darle continuidad porque no es que tomando un par de clases se sale bailando, requiere tiempo.

¿Y cómo se puede conocer más sobre tu trabajo y sobre las clases?

En las redes sociales me pueden encontrar con mi nombre y apellido: Graciela Mercatante Kuchmitchel . Allí aparecen todas mis actividades que son variadas. No es que van a encontrar una página específica de tango, pero si van a ver todo lo que está relacionado con las actividades en el 9 de Julio, las clases y otros eventos. Los interesados pueden simplemente acercarse al Bar los días jueves o preguntar allí mismo como ponerse en contacto conmigo.

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