Huellas Urbanas en Parque Avellaneda

Escribe Liliana Elguezabal

Huellas Urbanas es un programa del Observatorio de Patrimonio Histórico Cultural de la Ciudad de Buenos Aires que tiene como principal objetivo la lectura e interpretación de las alteraciones de la traza urbana de los distintos barrios porteños, a partir de recorridos guiados, diseñados en conjunto con las Juntas de Estudios Históricos. El miércoles 28 de agosto se realizó el recorrido correspondiente a Parque Avellaneda, con la coordinación de la Arquitecta Rossana Castiglioni y el Historiador Leonel Contreras, ambos de la Gerencia Operativa de Patrimonio (área responsable del programa).

El recorrido, que comenzó en Av. Juan B. Alberdi y Av. Lacarra (esq. SE, barrio Marcelo T. de Alvear) y culminó en Av. Olivera y Av. San Juan B. de Lassalle se desarrolló durante más de 3 horas durante las cuales un grupo de vecinos pudo reconocer y analizar las alteraciones de la traza urbana de este barrio de la Comuna 9.

El rasgo más significativo del barrio es la presencia del parque y los espacios con predominio de verde que corresponden al Barrio Alvear. Todo ese sector reconoce un origen común en la denominada Chacra de los Remedios o de las Huérfanas, creada por las Hermanas de la Santa Caridad, en el siglo XVIII, para la atención de las esas niñas.

En 1821, a partir de la reforma eclesiástica llevada adelante por Bernardino Rivadavia, mediante la cual se incautaron los viernes de la Iglesia, tomó posesión de “Los Remedios” la Sociedad de Beneficencia.

En 1828, la chacra fue adquirida en subasta pública por Clemente Miranda asociado al hacendado ecuatoriano Domingo de Olivera. En esa época se estableció el tambo modelo, algunas de cuyas edificaciones subsisten dentro del parque. La chacra de los Olivera era, en el siglo XIX, la más extensa del Partido de San José Flores.

Fallecido Domingo de Olivera, la chacra fue parcelada entre sus hijos. El casco histórico, delimitado por Directorio, Lacarra, Moreto y Gregorio de Laferrere, correspondió al menor de ellos, quien, en 1912, lo vendió a la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires con destino a parque público. Su nombre era Parque Olivera, pero esta denominación se cambió unos meses después por la de Parque Presidente Nicolás Avellaneda.

Parque Avellaneda, casona de los Olivera.jpg

Respecto al Barrio Alvear, delimitado por las calles Lacarra, Juan B. Alberdi, Olivera y Directorio tuvo su origen en los terrenos adquiridos por la Municipalidad que pasaron al ámbito de la Comisión de Casas Baratas, que era presidida por el diputado nacional Marcelo Torcuato de Alvear. Se construyó en tres etapas, con tipologías arquitectónicas diferenciadas. En la primera, entre 1923 y 1926, se edificaron viviendas individuales;

Barrio Alvear, Vista de las viviendas, etapa 1 y al fondo monobloques construidos en 1950.jpg

en la década del 40 el Banco Hipotecario Nacional realizó una serie de pabellones

Barrio alvear, pabellones construidos en la década del 40.jpg

y en la década del 50 se completó con los monobloques que podemos observar sobre la Av. Juan Bautista Alberdi y sobre Directorio.

Barrio Alvear, monobloques construidos en la década del 50.jpg

Durante la recorrida, además, pudimos observar la traza del Tranvía a Vapor del Oeste (hoy Avenida Olivera) y la que correspondía a la vía del Tren de la Basura, hasta su encuentro con el Ferrocarril Oeste. Dicha traza dio lugar a la Avenida del Justicialismo, hoy Autopista Perito Moreno, otro de los rasgos notables del área, que se destaca por el gran impacto negativo para la integración del barrio y del parque.

Finalmente, la Av. San Juan Bautista de Lassalle, refleja el recorrido del Arroyo Cildañez, que fuera entubado entre 1941 y 1960.

Resulta muy importante el aporte del Programa Huellas Urbanas para el reconocimiento, la preservación y la difusión de la historia y la memoria barrial. Dice en su presentación: “Los quiebres y alteraciones nos cuentan más sobre la conformación actual y de los hechos históricos que la determinaron, que las continuidades en el tejido. Ese es el desafío de Huellas Urbanas: resignificar la estructura física como producto cultural que caracteriza y singulariza los distintos barrios, con la contribución fundamental de las Juntas, de manera de unir historia, paisaje, cultura y participación vecinal, para redescubrir cada barrio y la ciudad en su conjunto.”

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