¡No peleamos sólo por un salario! ¡Peleamos por nuestro patrimonio nacional!

En enero de 1959 tuvo lugar en Mataderos lo que sería recordado como uno de los hechos destacados de la memoria barrial y como un hito en la historia de las luchas populares: la huelga y toma del Frigorífico Lisandro de la Torre. No fueron sólo los trabajadores luchando por sus reivindicaciones, fue un barrio peleando por su derecho a intervenir en decisiones políticas que afectaban su vida, su identidad y su futuro. Sebastián Borro, vecino y dirigente gremial de la carne fue quien encabezó la resistencia contra la privatización del frigorífico.

En 1929, se construye en Mataderos (Tellier – hoy Lisandro de la Torre- y José enrique Rodó) el “Matadero Modelo y Frigorífico Municipal Lisandro de la Torre”. Éste es un momento muy importante en el proceso de crecimiento del barrio pues marca el inicio de la industrialización del procesamiento de la carne, y de la instalación en su proximidad de triperías, graserías y curtiembres. Se abrieron entonces numerosos puestos de trabajo, fuente laboral de la mayoría de los vecinos y foco de atracción para nuevos trabajadores.

Se inició así un período de importante desarrollo económico local y de mejora en la condiciones de trabajo y de vida de los vecinos. Sobre esto señalaba Borro: “9.000 trabajadores, 9.000 familias. ¡Calcule lo que era eso! Multiplique por 4 o 5 … ¡Era toda una familia Mataderos!”

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Tellier (hoy Lisandro de la Torre) y José enrique Rodó en 1931

En el frigorífico se realizaban la matanza, faena, preparación e industrialización de la carne y sus derivados, asegurando condiciones de higiene adecuadas. Además actuaba como regulador de los precios y significó un freno a la monopolización del abasto de carne por frigoríficos particulares.

En 1955, con el golpe de estado que derroca a Juan Domingo Perón se inicia en nuestro país un período político caracterizado por la interrupción de los procesos democráticos y la proscripción del peronismo, el partido político con mayor apoyo popular.

En 1959, ejercía la presidencia de la Nación Arturo Frondizi, quien, aunque había ganado las elecciones con el apoyo de Perón, llevaba adelante una política económica basada en el fomento de la inversión extranjera y en la “racionalización” de la economía.

A comienzos de enero, por acuerdos con el FMI, Frondizi entrega un proyecto de Ley para privatizar el frigorífico. El proyecto de Ley 14.801 y Decreto 8.439, que autorizaba la venta o arrendamiento del Frigorífico Nacional, se giró a las cámaras el 10 de enero de 1959. Le otorgaba prioridad de compra a la Corporación Argentina de Productores (CAP), que acababa de “normalizarse” después de 15 años de intervención estatal. La decisión política del gobierno desarrollista era privatizar, con el argumento de modernizar la explotación frigorífica para un mayor rendimiento y abaratar el precio de la carne.

La noticia produjo la movilización de la dirigencia gremial del Frigorífico bajo la conducción de Sebastián Borro. Los trabajadores realizaron una asamblea en el sindicato y decidieron concurrir al día siguiente en manifestación al congreso. Recuerda Borro: “Llevamos un ternero pintado con la leyenda “quiero ser nacional”. Fueron presos mi hermano, el ternero y un muchacho, Manolo García”.

La ley fue sancionada por 87 votos a favor y 13 en contra. Se declara entonces la huelga y comienza la toma del frigorífico. La consigna, levantada como bandera fue “En defensa del patrimonio nacional”. En solidaridad se adhiere el barrio de Mataderos y vecinos de otros aledaños como Liniers, Villa Luro, Villa Lugano y Floresta.

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Los empresarios intentar cooptar a los huelguistas con dádivas, Frondizi los cita a la casa de Gobierno para presionar, pero la respuesta es: mientras se siga entregando el patrimonio nacional se va a parar el país. “Esta huelga es política en el sentido de que obedece a móviles más amplios y trascendentales que un aumento de salarios o una fijación de jornada laboral. Aquí se lucha por el futuro de la clase trabajadora y por el futuro de la Nación”.

El 17 de enero se inicia la represión. Un tanque Sherman del Ejército y 2.000 hombres avanzan derribando uno de los portones del Frigorífico. La CGT declara un paro nacional por tiempo indeterminado en respaldo a los luchadores y varios dirigentes gremiales son detenidos.

Cuenta Borro: “Los muchachos se aferraban a las puertas que los tanques volteaban. Hubo heridos y varios muertos. A un muchacho del barrio le reventaron el estómago con una granada de gas lacrimógeno. El hospital estaba lleno de heridos y la policía disparaba gases en las salas donde se curaba a los obreros”.

Tras cinco días de duros enfrentamientos, concluyó la resistencia aunque el gobierno continuó con las persecuciones. El frigorífico fue intervenido y despidieron a 5.000 trabajadores. Borro fue detenido junto a otros dirigentes. Sería liberado recién en el mes marzo.

Con los despidos el desarrollo económico de la zona se detuvo, mucha gente quedó en la calle, se cerraron negocios, tiendas y bares.

Se dice que esta huelga significó el fin del período combativo del movimiento obrero, conocido como período de la resistencia, luego del derrocamiento de Perón. A partir de allí comenzaría la época del “vandorismo”, con su política “participacionista” más conciliadora.

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