El 24 de septiembre tuvo lugar el segundo plenario de la Mesa de Gestión Interjurisdiccional de la Cuenca Cildáñez. Estuvieron presentes el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR), la Red de Adecuación Ambiental de la Cuenca, la Red Intercomunal de la Cuenca Cildáñez, la Junta Comunal, la Asociación de Usuarios y Consumidores, y otras organizaciones y vecinos interesados en esta problemática.
La primera reunión, constitutiva de la Mesa, tuvo lugar en noviembre de 2014, en el marco de las comisiones Interjurisdiccionales que promueve ACUMAR.
La Autoridad de Cuenca Matanza-Riachuelo (ACUMAR) es un organismo público, autónomo y autárquico, creado en 2006 por la Ley 26.168 para llevar adelante el Plan Integral de Saneamiento Ambiental. La Ciudad adhirió por la Ley 2.217.
Es un ente interjurisdiccional que articula las políticas públicas entre los tres estados que gobiernan el territorio: la Nación, la provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Cuenta con un presupuesto propio aportado por la Nación, destinado a la implementación de un Plan de Gestión Ambiental.
Su Consejo Directivo está integrado por tres representantes del Poder Ejecutivo Nacional, dos de la provincia de Buenos Aires y dos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con la presidencia de Martín Sabatella.
La Autoridad de Cuenca tiene facultades de regulación, control y fomento respecto de las actividades industriales, la prestación de servicios públicos y toda actividad con incidencia ambiental en la Cuenca. Puede intervenir administrativamente en materia de prevención, saneamiento, recomposición y utilización racional de los recursos naturales.
Las Mesas de Trabajo son instancias de participación para el abordaje en conjunto de problemáticas territoriales específicas donde participan diversos actores (referentes barriales, vecinos, organizaciones sociales, actores no gubernamentales y gubernamentales, instituciones, entre otros).
La Red Intercomunal de la Cuenca Cildáñez se constituyó tras la inundación de 2013, generando un espacio para formular un Programa Integral de Abordaje en gestión asociada, sobre las diferentes problemáticas de la zona, en la que se encuentra incluida la Comuna 9. Funciona con diversos grupos de trabajo: uno de ellos realiza un mapeo participativo, reflejando toda la información dispersa sobre la cuenca; otro monitorea las obras que se están haciendo y las que se deberían encaminarse, y promueve la generación de un biocorredor para articular todas las superficies verdes.
Durante este encuentro, se presentó una metodología de trabajo para el funcionamiento de las reuniones, según la cual habrá un grupo estable y otro de participación.