Segundo Encuentro de Canto y Danza Surera

Liliana Lorán, bailarina de danzas folklóricas y escritora del barrio de Mataderos nos invita a participar de este espectáculo de danzas, canto y poesía. El encuentro, que es organizado por Gustavo Catrihual y Miguel Mai, se realiza en el teatro Astros, Avenida Corrientes 746, el 5 de octubre.

Al respecto, nos dice Liliana: “Es un proyecto cultural interesante, un encuentro de música nativa, pero sobre todo de música surera. Porque muchas veces, es responsabilidad de los mismos bonaerenses que nuestra música no sea tan conocida como la del resto del país. Es bueno que la gente sepa lo que es un triunfo, una milonga, una huella, que son danzas dignas de conocerse y ponerse a la altura de los que estamos acostumbrados a escuchar más en la radio o en las peñas como son los gatos, las chacareras, las zambas”.

Hace poco, en ocasión de la presentación de su libro Pertenencia tuvimos oportunidad de conversar con ella sobre su vocación por las tradiciones argentinas, sureras en particular, y su trayectoria como bailarina y como escritora.

  • Liliana, sos vecina de Mataderos, profesora de danzas folklóricas y escritora

“Yo soy mataderense 100 x 100. Nací y siempre viví en la misma casa. Me declaro bailarina porque lo que yo he hecho es cultivar las danzas nativas más antiguas, las que están dejando de ser bailadas por el devenir de los tiempos. Porque tenemos una bastedad de danzas hermosísimas que se han ido quedando hasta llegar a ser históricas. También soy escritora. Escribo desde chica aunque no pensaba que podía darle trascendencia a lo que escribía. Me parecía que era muy para mí. Y me fui reservando las cosas. Pero hace mucho que escribo y tengo muchos poemas, sólo que no los valorizaba lo suficiente para darlos a conocer. Lo que siempre he hecho fue estar en presentaciones folklóricas, donde se arman fogones y así empecé a participar de otra manera, con la poesía. Luego me invitaron a talleres literarios y de pronto empezó eso de ¿cómo no tenés un libro? ¿No editás? Entonces me decidí.

  • Este año presentaste un trabajo tuyo en la Feria del Libro de Buenos Aires

Sí. Un libro que se llama “Pertenencia”. La Editorial es “Aleteo de Letras”, de Amelia Prieto, una señora española radicada acá hace muchos años, que está haciendo un trabajo de ediciones buenísimo y tiene muchos textos argentinos publicados.

El libro está destinado a resaltar nuestras raíces, nuestra identidad, nuestra tierra que es maravillosa por los cuatro rumbos que se puedan tomar. Porque a veces uno mira hacia afuera y no se da cuenta de lo que tiene en casa. Por eso el nombre Pertenencia. Yo me siento perteneciente no solamente a esta tierra argentina sino a todo lo que es América, sobre todo América del Sur y hacia ahí tienen la mirada puesta estos versos. Es esencialmente un libro de poesía, aunque tiene tres relatos muy breves. Hace muchos años que hago poesía y he publicado en muchas antologías. En una internacional que es “100 poetas por la paz”, que la edición 2018 se presentó en Biblioteca Nacional en abril. Pero en forma individual es el primero que publico.

  • Sos habitante del barrio de Mataderos de toda tu vida. ¿Comenzó aquí tu vocación por de trabajar por la identidad y la pertenencia?

Yo estudié danzas desde muy chica, en la escuela y después mamá me mandó a estudiar cerca de mi casa. Entonces comencé con las primeras actividades en el barrio. Más adelante retomé esta línea en el Fortín de Celia Rocha. Recibí de ella muchísimas enseñanzas porque es una señora, en el decir surero y en todo lo que es danzas. Con los años me fui perfeccionando en otros lugares y dando clases. Pero siempre me dediqué más al espectáculo que a la enseñanza. Las gratificaciones que uno encuentra en este ambiente, son muy grandes. Pero las primeras oportunidades nacieron justamente acá en el barrio. Estuve más de cuatro años haciendo “tardecitas criollas” en el Museo Criollo de los Corrales. Fueron encuentros con la gente, hermosos, porque interactuábamos continuamente y eso es realmente gratificante para cualquier persona: dar lo poco o lo mucho que tenga para entregar, y ver que es recibido con calidez, con atención, con respeto.

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