ÚNICA Función en Auditorio AMIA de la multipremiada El Viento Escribe

El jueves 24 de octubre a las 20:30, se presentará en el Auditorio AMIA, Pasteur 633, la obra “El viento escribe” de Enrique Papatino, con dirección de Enrique Dacal y la actuación de Víctor Hugo Vieyra, Marcelo Nacci y Manuel Longueira.

Bono de Ingreso General $ 200.- Link para obtener tu entrada:

https://cultura.amia.org.ar/eventos/el-viento-escribe/

Esta obra fue galardonada con el Premio Trinidad Guevara (Mejor autor Enrique Papatino) y, además, obtuvo el Premio Argentores (Obra original de Enrique Papatino). Cuenta con el apoyo del Instituto Nacional del Teatro

Enrique Papatino, actor, escritor y autor teatral, es el Coordinador del Centro cultural Macedonio Fernández, de Mataderos.

“El Viento Escribe” se refiere a la simulación, a lo que parece ser, de lo que se quiere demostrar y lo que en realidad es. Al respecto nos dice su autor: “Las lecturas que se pueden hacer son miles. Las cosas parecen una cosa y son otras, y a veces parecen lo que son y justamente por eso alguien trata de que parezcan otra cosa. Yo escribí esta obra hace cuatro años pero la vengo pensando hace mucho más. Me encontré un día con una noticia y la investigué. Era un episodio ocurrido en el siglo XIX sobre un hombre, coleccionista de cartas antiguas que recibe la posibilidad de tener en sus manos documentos valiosos y entonces se cuestiona por un lado, la validez de esos documentos y por otro la validez de la historia tal como nos la contaron. Esto fue en 2014. Nunca me imaginé que la cuestión de lo que de lo que es verdad y de lo que es verosímil iba a estar tan en el candelero como en este momento. En el estreno muchos me preguntaron si esto tenía relación con algo de lo que sucede hoy. Y esto tiene que ver con que la obra no es de un autor, no pertenece a una cabeza creadora y se termina ahí. La obra es un producto colectivo en el cual el público es importantísimo, no ya como espectador o lector o receptor de la obra sino como creador. La obra la construye el público al verla. Le da sentido, la interpreta de alguna manera la escribe. Por eso una obra que tiene cuatro años, que está escrita en otro momento personal artístico, adquiere relieve en este momento respecto de las cosas que suceden que yo nunca imaginé. A un espectador le gusta una obra cuando la hizo suya, cuando dejó de ser de un autor y pasó a ser parte del imaginario del espectador. Cuando el espectador la cree, la hace suya y la siente suya. Como decía Borges el mejor verso es aquel cuyo autor ya no sabemos quién es. Porque lo ha capturado la literatura en sí, lo ha capturado lo popular”.

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